Tipos de cáncer de piel

Carcinoma

Carcinoma basocelular

El carcinoma basocelular es una enfermedad típica de hombres de edad avanzada. No obstante, las mujeres y los hombres más jóvenes también se pueden ver afectados. Habitualmente se localiza en el dorso nasal y en otras zonas de la cara. Una forma particular, el carcinoma basocelular superficial, se encuentra a menudo en el tronco (carcinoma basocelular de la piel del tronco).

El carcinoma basocelular crece lentamente y es localmente invasivo y destructivo. Se presenta en forma de nódulos brillantes del mismo color de la piel que suelen estar rodeados de vasos dilatados (telangiectasias) y pequeños nódulos perlados. En ocasiones, se presenta una depresión en el centro que también puede sangrar.

Los carcinomas basocelulares crecen de forma destructiva, pero no hacen metástasis, es decir, no pueden causar metástasis en otros órganos. El tratamiento de un carcinoma basocelular suele ser la extirpación quirúrgica. Como el carcinoma basocelular suele formar cordones tumorales no visibles, se debe examinar la preparación histológica en busca de restos tumorales a lo largo de los márgenes quirúrgicos (histología 3D). En algunos casos puede ser necesaria una cirugía de seguimiento o que se planee en varios pasos quirúrgicos desde el principio.

Carcinoma basocelular

Carcinoma espinocelular

El carcinoma espinocelular es también una afección típica de personas mayores tras muchos años de exposición solar y afecta principalmente a las zonas más expuestas del rostro. Las zonas más afectadas son: los pabellones de las orejas, los párpados inferiores, el dorso de la nariz y el labio inferior. Los carcinomas espinocelulares se suelen formar sobre queratosis actínicas precursoras, también conocidas como verrugas solares. Se trata de alteraciones planas, rojizas y ligeramente escamosas que apenas causan molestias. En ocasiones cursan con insensibilidad al tacto o un leve picor.

En la transición al carcinoma espinocelular, se produce un engrosamiento de la capa córnea y una proliferación nodular acompañada en ocasiones de una tendencia al sangrado. El tratamiento de elección es la extirpación quirúrgica seguida del examen histológico de los márgenes quirúrgicos (histología 3D). Si el examen histológico revela un crecimiento especialmente agresivo o si el tumor supera un determinado grosor (profundidad de penetración), se recomienda una biopsia del ganglio linfático centinela al igual que en el melanoma. Esto permite determinar la posible extensión de las células tumorales a las correspondientes estaciones ganglionares.

A diferencia del carcinoma basocelular, los carcinomas espinocelulares pueden propagar células malignas a los nódulos linfáticos correspondientes y, en algunos casos, metastatizar a órganos distantes. No obstante, detectado a tiempo, este tipo de cáncer de piel se cura en la mayoría de los casos con una intervención quirúrgica. 

Carcinoma espinocelular

Melanoma maligno

El melanoma maligno se desarrolla a partir de las células pigmentarias de la piel. Por consiguiente, su color suele ser negro, pero también existen variantes más claras (melanoma amelanótico) que son más difíciles de detectar.

La mayoría de los melanomas se desarrolla en el tronco y las extremidades, a veces a partir de lunares preexistentes y a veces de lunares nuevos. También pueden estar localizados en el rostro (especialmente en las personas mayores), las uñas, las plantas de los pies, las mucosas y los ojos (melanoma uveal). Afecta por igual a hombres y mujeres y con más frecuencia entre los 50 y 60 años de edad. Sin embargo, el melanoma maligno también se da en personas jóvenes.

La peligrosidad del melanoma maligno aumenta con el grosor del tumor. En el caso de los melanomas finos de menos de 1 mm, el riesgo de futuras metástasis es muy bajo. En los melanomas gruesos de más de 4 mm, el riesgo es mucho mayor. Afortunadamente, en la actualidad los melanomas de bajo grosor tumoral detectan de forma precoz y se extirpan con un margen de seguridad.

Melanoma in situ